Este 25 de julio se cumple un año desde la detención y entrega a Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, un hecho que desató una guerra interna en el grupo delictivo entre las facciones de Los Chapitos y La Mayiza. Durante todo este tiempo, persisten muchas dudas sobre cómo se desarrolló el operativo que llevó a su captura. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha solicitado en al menos seis ocasiones al gobierno estadounidense que entregue un informe completo y detallado sobre las circunstancias de la detención y el traslado de Zambada, pero hasta ahora no ha recibido respuesta satisfactoria.
El primer llamado formal se hizo el 8 de octubre de 2024 durante la conferencia matutina de la mandataria, cuando pidió aclarar las condiciones que motivaron el arresto y el objetivo del operativo. Posteriormente, el 19 de noviembre en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, Sheinbaum solicitó directamente al presidente Joe Biden que entregara toda la información relacionada con la captura. En meses siguientes, reiteró la petición ante diversos funcionarios estadounidenses, incluyendo al secretario de Estado, sin obtener un informe oficial.
Sheinbaum ha enfatizado que estas solicitudes no buscan defender al delincuente, sino aclarar un asunto de soberanía nacional y transparencia en el procedimiento. Ha dejado claro que el respeto a México y a su marco legal son fundamentales, y que la falta de información añade incertidumbre que afecta la seguridad pública y genera cuestionamientos sobre la cooperación bilateral en materia de justicia y seguridad.
Mientras tanto, la detención de “El Mayo” ha provocado un aumento en la violencia dentro del Cártel de Sinaloa, con enfrentamientos armados que han modificado el mapa criminal en regiones clave del país. La insistencia de Sheinbaum en obtener claridad sobre la captura refleja una preocupación persistente por comprender los hechos y sus implicaciones, además de buscar que estas acciones respeten los procesos legales y derechos humanos.
En este contexto, la relación entre México y Estados Unidos en temas de extradición y seguridad sigue siendo compleja y sensible, con una alta expectativa por parte del gobierno mexicano sobre la transparencia en los procedimientos que involucran a autoridades de ambos países.
La falta de respuesta oficial de Washington a las demandas mexicanas continúa siendo un tema de tensión diplomática y política, justo cuando el combate al narcotráfico y la violencia relacionada siguen siendo retos prioritarios en la agenda nacional.
